Situada sobre un pequeño acantilado de 25 m. de altura, roto por la carretera N-340 y en zona urbanizada junto a una antigua casa cuartel abandonada, se levanta esta torre en una curva y en la denominada Punta Lara. Esta torre almenara formaba parte, como otras tantas, del sistema defensivo de la costa ante los ataques berberiscos que pretendían llegar a las ensenadas y calas de la comarca para desembarcar y dedicarse al pillaje. Su construcción procede de 1497, habiendo sido realizada en mampostería y mortero de cal, de forma troncocónica con una circunferencia de 23 m. y una altura de 12 m.
Su obra es de mampostería con empleo de ladrillo en el acceso, en elementos interiores y en la doble imposta de coronación.
Su base es maciza construyéndose a partir de ella la cámara interior conservada. Esta presenta tres huecos en el suelo, frente a la entrada, como posible desagüe. También existe chimenea y un hueco para la salida del humo. El acceso a la entrada se abre en el lado norte a unos seis metros del suelo. A través de una escalera interior se llega al terrado cuya salida se ve protegida por una estructura techada. El terrado presenta un pretil corrido, uniforme y algunos restos de los matacanes.
Presenta un único vano orientado hacia el norte, doble cornisa de ladrillos en la terraza y restos de un matacán en la parte superior; conservando también superficies enlucidas grabadas con decoraciones. En la primera mitad del s. XVIII una reforma posibilita la instalación de artillería con objeto de repeler los ataques de las escuadras enemigas inglesa y holandesa que por entonces hostigaban estas costas.