En la punta de Torrox, en un pequeño saliente hacia el mar, nos encontramos con un Faro que se iluminó por primera vez en 1864. Está formado por una torre cilíndrica de cantería, en la actualidad pintada de blanco, de 23 metros de altura que culmina en la linterna de doble galería.
En 1905, el torrero del Faro, Tomás García Ruiz, persona con ciertas inquietudes y algún conocimiento arqueológico, tuvo a bien excavar en los alrededores. Y de resultas de su trabajo tenemos testimonios hoy de la existencia de la villa romana Clavicum, y de la factoría de salazones asociada a ella, reutilizada posteriormente como necrópolis. Se han localizado también unas termas y un complejo alfarero destinado a la elaboración de ánforas para el envasado de los salazones.
El Faro de Torrox es el único de uso público, cedido al Ayuntamiento para uso cultural: alberga un museo marino y en su calle paralela encontramos más restos de lo que era una Villa Romana