Cómpeta
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GR 249. Etapa 06: Frigiliana – Cómpeta

Hacia las aldeas del Acebuchal y la Venta del Cebollero

Se puede atravesar el blanco pueblo de Frigiliana por la calle Real, pero es más directa la salida por la travesía de la carretera MA-5105, que traza unas cuantas curvas sinuosas con la misma dirección, aunque el sendero recupera bien pronto un tramo del antiguo Camino de Cómpeta pasando por las fértiles vegas del arroyo de los Bancales. A tramos la pista aparece hormigonada, debido a la cercanía al pueblo y a la intensa actividad hortofrutícola. Es fácil ver aguacates, granados y chirimoyos ocupando los ancestrales huertos sobre travertinos con espectaculares albarradas de piedra seca. En estos primeros compases las vistas hacia Frigiliana son excelentes.

Tras cruzar el barranco comienza la primera subida, entre numerosas casas de campo, hasta que de pronto desaparece el hormigonado y hay que terminar la subida hasta el carril de la Loma de la Cruz por una veredita. La carretera está cerca, cuando se han recorrido 2.3 km de sendero. Hay que seguirla unos 700 metros de la MA-5105 hasta llegar a la derecha al carril ascendente que pasa por el paraje de Cuatro Caminos (km 4.5), se interna torciendo hacia el nordeste en los bosques de pinos del Parque Natural y emprende el descenso hacia El Acebuchal. Se pasa por una casa donde un mural de azulejos cuenta la historia de una huérfana que fue enterrada y resucitó, con el truculento relato del traslado de sus restos a Vélez-Málaga.

La historia de las alquerías del Acebuchal Alto y el Acebuchal Bajo está muy ligada al Camino de Granada, al agua y los huertos, que suman 3 hectáreas de cultivo tanto en la ladera de Cómpeta, a la que pertenecen las casas, como en la de Frigiliana. La historia de la recuperación del caserío tras su abandono en el siglo pasado es deliciosa y da cuenta del afán de los legítimos habitantes. Actualmente el lugar es un referente para el turismo rural y la gastronomía.

Cuando se han recorrido ya 6.2 kilómetros, desde El Acebuchal una vereda asciende por una estrecha rambla, unas veces por el cauce y otras atrochando. Como el paraje es de umbría, debajo de los pinos carrascos y resineros hay un matorral denso de enormes aulagas y romeros y otras plantas con mayores requerimientos hídricos.

Lo más interesante ahora es que a 1 kilómetro del Acebuchal se pasa por la Venta del Cebollero o de Jaro, muy cerca de unas colmenas que aprovechan los densos romerales de estos parajes más abiertos. La venta se sitúa antes de las rampas de subida por el Camino de Granada, que no dan descanso hasta llegar a la Venta Panaderos, ya al otro lado de la sierra en la provincia hermana. Los moradores complementaban la hostelería con las 80 obradas de viñas que circundaban la casa en tiempos.

Aparte del nacimiento cercano, los elementos constructivos de este edificio y otros del entorno son realmente singulares y parecen retroceder mucho antes del siglo XVIII en que está datado. Hay buenos ejemplos de muros de tapial, tierra apisonada en bancadas con los mechinales de los andamios que se observan perfectamente desde el exterior, y era esta una técnica bastante apropiada para estos secarrales.

 

La red de pistas de tierra

A partir de la venta empieza la red de carriles forestales, muy utilizados por los ciclistas. El de la Gran Senda de Málaga asciende en el kilómetro 9.5 al Puerto de la Páez Blanca a 750 metros de altitud, dejando a la izquierda el Cerro Verde, un lugar donde sucedieron algunos cruentos combates entre los dos bandos de la Guerra Civil, origen del despoblamiento forzoso del Acebuchal. Aquí son de destacar los enormes pinos resineros supervivientes de algún incendio que mermó los parajes que se dejan atrás, o las ancestrales albarradas de las viñas abandonadas.

En general, los carriles de esta zona suben desde El Acebuchal, sortean la agreste ladera occidental del Cerro de las Tres Cruces, hacen media ladera por el cortijo del Daire y la cara sur de la Loma del Daire y pasan enfrente a ambos lados del Cerro Gavilán buscando Cómpeta por sus caras este y oeste, ya en descenso. El GR-249 sólo los utiliza hasta el cortijo y a partir de la Cruz de Canillas.

En este tramo carrilero cabe destacar los desniveles desde el Cerro de las Tres Cruces hasta el barranco Moreno y las espectaculares vistas hacia el circo de montañas de las que surge el valle. En un punto intermedio entre el puerto y el cortijo hay que detenerse para admirar los imponentes muros de piedra seca que sujetan las arenas dolomíticas, verdaderas obras de artesanía. En estas paredes se ven violetas arbóreas entre el ralo romeral. Un oasis inesperado son los dos arroyos que se cruzan al fondo del valle, normalmente con agua.

El cortijo del Daire (km 14.1), de remembranza andalusí, domina desde su privilegiada atalaya el amplio valle. Hay algunas cuevas de buenas dimensiones a ambos lados de la casa difíciles de localizar, una de ellas bajo travertino. En las albarradas hortícolas de debajo de la casa principal medran todavía nogales, granados, higueras y acebuches al lado de las colmenas.

 

Hacia el Collado de los Hornillos y la Cruz de Canillas

Es ésta la parte más montaraz de la Etapa. A partir del punto kilométrico 14.4 se abandona la pista forestal y comienza un sendero que sube por laderas de blancas arenas y crestas de dolomías cubiertas por espesos romerales con abulagas, propiciados por el incendio que asoló estas laderas no hace tanto. En la dura subida se dejan senderos que bajan a la izquierda hacia la Loma del Daire y a la derecha suben hasta una captación de agua y al pico Lucero. Al final de la cuesta se llega al Puerto de los Hornillos, donde los pinares de resinero supervivientes permiten hacerse una idea del aspecto original de las laderas que ya se han quedado al otro lado, con ejemplares en todo su esplendor. Puerto Blanquillo está muy cerca hacia el norte, un conocido punto al que se puede llegar con vehículos todoterreno autorizados.

El collado (km 16) está en el punto más alto del recorrido, y es donde se abandona bruscamente la dirección noroeste para empezar a bajar por el otro Camino de Granada hacia el suroeste, por un barranco que deja a la derecha los caminos que van hacia Puerto Blanquillo. Un poco más adelante hay un cruce a la izquierda que se dirige hacia el carril del Daire que se abandonó hace poco y que va hasta la Casa de la Mina. Pero el camino tradicional continúa y prueba de la antigüedad del mismo es que algo más abajo, y en esta encrucijada de veredas, se localiza el Ventorro de Cándido.

La vereda, bastante marcada, apenas pierde altura hasta la Venta de los Pradillos. El trasiego de personas y animales parece muy cercano en el tiempo cuando se pasa al lado de las caleras y de estas casas. Es de destacar un enorme pino resinero, majestuoso entre los incipientes bosquetes de jóvenes ejemplares, mientras se deja a levante el arroyo de los Pradillos, otro importante curso de agua cuya cabecera es ésta. Entonces se llega a la venta de María Guerrero (km 20.5), a pocos metros de un nuevo carril.
Mención especial merece la vista hacia el este desde las ruinas de la venta, que permite visualizar prácticamente todo el recorrido desde el Puerto de la Páez Blanca, con el espectacular Barranco Moreno en medio y el telón de fondo de las cumbres de Almijara. A partir de la Cruz de Canillas, que es el puerto natural, se vuelca al otro lado de la cuerda en el carril principal y entonces aparece sierra Tejeda en todo su esplendor.

De la Cruz de Canillas hasta Cómpeta

En este nuevo paisaje, con una estructura menos intrincada que el anterior pero de mayores altitudes, destacan sierra Tejeda al noroeste y la sierra de Játar al norte. En este blanco carril se elige el ramal de la izquierda, que sigue por el flanco oeste de la divisoria de aguas hasta el Collado Moyano con dirección sur y luego sudoeste hasta el final. La que va al oeste baja vertiginosamente hasta Canillas de Albaida por la Fábrica de la Luz. A pocos metros se deja a la izquierda el acceso rodado a la caseta de vigilancia contra incendios del Cerro del Gavilán.

El bosque de pinos resineros por el que se pasa ahora es de una belleza conmovedora, porque su aspecto es el resultante de aguantar el escaso y pobre suelo, las inclemencias meteorológicas de esta zona combatida por los vientos y las tormentas, el pastoreo y los incendios forestales. Al contrario que en las repoblaciones forestales, aquí cada ejemplar es único en su forma, con troncos retorcidos y de gruesas cortezas, ramaje tortuoso y escasa altura, como bonsáis a gran escala. En el kilómetro 21.9 se deja una bifurcación menor a la izquierda que baja también a Cómpeta por la encrucijada de caminos del puerto del Collado.

La desolación provocada por los incendios en estas lomas se estaba intentado paliar con repoblaciones de pinos de diversa suerte, como se observa desde la pista forestal por los tutores y protectores de los arbolitos, pero el reciente gran fuego ha marcado de nuevo estos lugares para muchos años. Salvo una corta trocha que obvia una enorme curva del carril, la bajada hasta el Depósito de aguas de consumo de Cómpeta y el campo de fútbol se realiza por la pista de grava entre esparteras, palmitos y lavandas. Las primeras casas de Cómpeta confluyen en la Plaza del Carmen, donde se da por concluida la etapa.

 

1.Inicio de la Etapa:

Acceso al Punto de Inicio: Desde la A-92 E-5 desviarse dirección Frigiliana por la MA-5105. Esa misma carretera provincial lleva a Torrox, que es el punto de acceso por el norte a la población de origen.

Punto de Inicio: Plaza del Ingenio, en Frigiliana.

Para disfrutar de la senda sin peligros:  No hay que tomarse a broma una ascensión a 1.220 metros de altitud en una sierra con picos que superan los 1.700. El relieve de estas montañas es muy quebrado, con valles encajados, tajos impresionantes, gargantas y cerradas. Es muy peligroso aventurarse fuera de los senderos balizados, por tanto. Hay numerosas veredas que ascienden o descienden de los picos, de modo que si no se conocen estos ramales de nuevo hay que ceñirse al trazado del GR 249 y su señalización oficial.

Hacia la mitad de la Etapa hay lugares donde reponer agua no tratada o, al menos, refrescarse en verano. Pero a partir del Acebuchal no hay un solo núcleo habitado salvo quizá la torreta de vigilancia en época de incendios. El sendero es largo y montañero, con lo que es imprescindible planificar bien una actividad físicamente exigente y que requiere prácticamente de todo un día para completarla.

Cuidado con los dos cortos tramos de carretera hasta el cruce de Cuatro Caminos, a pesar de que no haya demasiado tráfico; es muy estrecha y carece de arcén. No sólo hay que circular por la izquierda si no hacerlo en fila india y hacerse visible. Cuidado con los días y las horas de visibilidad reducida.

Normalmente no va a haber problemas con el paso por arroyos y torrentes, pero el clima mediterráneo puede deparar algunas sorpresas.

2. Finalización de la Etapa:

Acceso al punto de finalización: Hay dos posibilidades de desvío desde la A-92 E-5, por los enlaces de Algarrobo (A-7206) o Torrox (A-7207). También se llega a Cómpeta desde Vélez Málaga (enlazando a partir de la MA-4111) o desde la A-356 por Canillas de Aceituno y recorriendo buena parte de los pueblos de Sierra Tejeda.

Punto de finalización: Plaza del Carmen de Cómpeta.

3. Alternativas:

Posibles escapes: Lo más importante es saber que el carril que va desde el Puerto de la Páez Blanca hasta el cortijo del Daire es el mejor lugar al que dirigirse desde cualquier punto en la mitad del recorrido; tiene accesos para vehículos desde el Acebuchal y desde Cómpeta. Sin embargo, en el punto más alto del recorrido ante cualquier eventualidad lo mejor es ir hacia Puerto Blanquillo, adonde llega una pista transitable que no está en el trazado.

Para casos en que haya que evacuar sin necesidad de asistencia externa, hasta llegar al Cortijo del Daire (km 16) lo mejor es volver por el carril hasta El Acebuchal donde hay algunos servicios, con algo más de 8 km de carril. Antes del Collado de los Hornillos es preferible intentar llegar de nuevo hasta el carril del Daire que pasa por debajo de la senda y tomar a derecha o izquierda. Después de ese punto, es preferible seguir el GR y buscar la pista forestal que lleva a las inmediaciones del puesto de vigilancia del Infoca y desde allí bajar hasta Cómpeta o el Hotel de la Casa de la Mina.

Punto de no retorno: En la práctica se puede hacer coincidir con el Collado de los Hornillos, el punto más alto de la etapa.

Enlaces a otros senderos y Vías Pecuarias: Hay coincidencia total con el GR-242 Periana Nerja, concretamente su tercera etapa aunque cambien los sentidos en que se han descrito ambos GR. El GR enlaza durante la etapa con algunos senderos locales no homologados y lleva el mismo recorrido que  la denominada Puerta Verde Torrox-Frigiliana-Sierra de Almijara. Son numerosas las veredas para montañeros con destino en estas cumbres almijáricas que superan de largo los 1.600 metros de altitud, con la estrella indiscutible del Cerro de los Moriscos o Lucero (1.774 m) por su espectacular relieve cónico.

Si hablamos de vías pecuarias, el tramo del principio coincide con la Vereda de Frigiliana a Cómpeta. Luego, desde Cuatro Caminos hasta un poco antes del Collado de la Páez Blanca concuerda con la Vereda de la Coscoja a Granada, que iba a la cercana provincia por la Venta Camila y el Collado Blanquilla. En los mapas antiguos aparece como el Camino del Daire uno que iba desde el Collado de la Páez Blanca al afamado cortijo y terminaba allí, ahora transformado en el carril.

A partir del Collado de los Hornillos el GR-249 se identifica plenamente con otro Camino de Granada, la Vereda del Puerto de Cómpeta, solo que en vez de subirla se baja. Éste otro vuelca a la provincia de la Alhambra por el paso de montaña a 1.440 metros de altitud que le da nombre, siendo otro punto de referencia obligado Puerto Blanquillo, muy cercano al punto más alto de esta etapa del GR.

Duración – 8:15 horas
Longitud – 24700 Km
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