La belleza del Lavadero de la Cruz radica en la sabia utilización de la piedra, en la sencillez de sus franjas de color (blanco y verde) y en su simetría; su encanto proviene de lo recoleto de este espacio, que tantas evocaciones trae a las mujeres mayores del pueblo.
Los lavaderos eran centros importantes de relación social femenina y algo así como santuarios de las intimidades, habladurías y cantos de las mujeres. Todavía se sigue con la vieja tradición de llevar el agua de la fuente a la casa en botijos.
El Lavadero Municipal de Periana se encuentra dentro del núcleo urbano de Periana, en la Calle Cerco, a escasos metros de la céntrica Plaza de la Fuente. Sus aguas son aptas para el consumo humano.
Durante años fue utilizado como lavadero público, aunque en la actualidad su uso ha quedado restringido al abastecimiento de agua para beber y como rincón pintoresco, tranquilo y relajante por el discurrir del agua.