Esta cascada como mejor se ve es desde el mar. Nos aproximamos a los acantilados, a las rocas que parecen a punto de desmoronarse, accedemos a lugares impensables que se inundan con cada nueva embestida de las olas. Penden sobre nuestras cabezas las siemprevivas de los acantilados. Caen torrenteras hacia el mar, volcando sus aguas dulces sobre el salado Mediterráneo.
Tras un farallón, la Cascada Grande de Maro, una caída de agua de 15 metros de altura que se vierte al mar con toda su fuerza. Aproximarse a la misma en kayak o en canoa es todo un espectáculo, al igual que cruzar bajo su torrente de agua. Salpica y sorprende la fuerza de la caída. En primavera, con el agua más fuerte, resulta imposible cruzar bajo la cascada, tal es la fuerza del agua cayendo. Contemplar el agua embelesa y su sonido es casi atronador. Desde la base mirar hacia arriba impone. Son muchos metros.
Esta cascada proviene de las Cuevas de Nerja a través del arroyo Sanguino o arroyo Campillo.
Este es uno de los tantos secretos que esconde el Paraje Natural de los Acantilados de Maro – Cerro Gordo. La combinación única entre el mar y la sierra viste a este lugar de un aire mítico, legendario, abierto a la imaginación.