En todo el contexto de la zona del Embalse de la Viñuela, existe un complejo rural de “villae de gran importancia, contabilizándose un total de 15 yacimientos. Estas “villae” se localizan en pequeños promontorios, laderas de colinas y aterrazamientos fluviales. Se rehuyen lugares demasiado altos, para evitar los fuertes vientos o la violencia de la lluvia, y los excesivamnete bajos, para ponerse a salvo de eventuales inundaciones. Las “villae” de nuestra zona se concentran en los valles de los ríos, donde se encontraban las mejores tierras de cultivo.
En Cerro de Capellanía conserva vestigios de una ocupación que se inicia en el Neolítico Medio y se prolonga hasta el siglo Id.C. Existen en su cima muros que conforman una estructura urbana compleja, de casas que se adosan a una calle central que transcurre en dirección noreste-suroeste del cerro. Tanto los edificios como la calle se corresponde con una ocupación romana de época imperial y otra más antigua de época republicana.
Su situación estratégica, al lado del río Guaro, y en posición relativamente elevada, explica el hecho de que haya sido elegido por sucesivas culturas como lugar de asentamiento. Se suceden tres épocas: en un nivel inferior se encuentran los restos de un asentamiento neolítico, con muros y un horno (que demuestra ya cierto dominio del metal), encima del cual se sitúa una cultura prerromana y finalmente, un poblado romano, del que quedan al descubierto las calles enlosadas y la base de los muros de las viviendas.
situados en el Cerro Capellanía, podemos observar enfrente, en dirección este, la existencia de otro promontorio similar a éste en la otra orilla, de manera que el rio queda en medio. Al estudiar la naturaleza de este sustrato, advertimos que se trata de uno de los materiales más antiguos del flysch de Periana: se trata de un afloramiento de calizas esparíticas de edad paleocena-oligocena. Esto quiere decir que hubo una época en que estas dos colinas eran una. Han sido separadas por la erosión del río.