GR 249. Etapa 07: Cómpeta – Canillas de Aceituno

De Cómpeta a Canillas de Albaida

En la parte noroeste de Cómpeta es fácil localizar la Ermita de San Antonio Abad Extramuros, muy pequeña en comparación con la más conocida de San Sebastián, a la que se llega desde el centro del pueblo utilizando la larguísima Calle San Antonio.

El camino que seguimos une Cómpeta y Canillas de Albaida mediante dos kilómetros y medio de sendero prácticamente sin desniveles, puesto que deambula paralelo a una antigua acequia hoy entubada que surte de agua a las terrazas de huertos tradicionales mezclados con cultivos de aguacates y otros frutos subtropicales. En los lugares menos propicios para el cultivo o abandonados crecen buenos ejemplares de olmos, almeces y álamos blancos.

Al principio el camino se ha habilitado con albero y barandas de rollizo de intemperie, pero en el Arroyo de las Jurisdicciones cambia a sendero terrizo en una zona de dolomías de preámbulo de sierra donde se asientan por encima del sendero olivares a veces colonizados por enebros, romeros, aulagas y jaras blancas que dan paso muy pronto a los pinares de repoblación. Algo más adelante del camino se nos cruza la carretera que lleva a la cantera de Canillas de Albaida y la sierra pero el recorrido sigue por debajo de ésta.

De Canillas de Albaida a Sedella

En el casco urbano de Canillas están también la Iglesia de Nuestra Señora de la Expectación y la Ermita de San Antón, pero el Sendero circunvala el pueblo por el norte a los pies de la Ermita de Santa Ana y se llega así a un transformador detrás del que arranca la Cuesta de la Puente, un camino empedrado y con barandas de madera tratada que baja al Puente Romano (km 3.3) y luego asciende decididamente en dirección oeste. Cerca del Molino que hay en la junta del río Turvilla con el Cájula arrancan dos rutas señalizadas.

El ascenso se realiza por un camino histórico recientemente restaurado hasta conectar con una pista asfaltada que recorre algunas lomas de cultivos de secano. Se pasa por un puerto donde confluyen dos vías pecuarias con destino a la sierra y durante unos kilómetros se camina por la linde de términos mu­nicipales, habiendo un brusco giro en un cruce múltiple donde empiezan las pistas terrizas.

En el Puerto de la Cruz del Muerto (km 7.2) se entra en el Parque Natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. El carril terrizo marca el límite entre las repoblaciones de pino resinero y los cultivos abandonados de higos y uvas de la ladera de solana de Sierra Tejeda. El monte cobija un matorral de jaguarzo negro con matagallos, jara estepa, bolinas y aulagas que alcanza su mayor esplendor en el propio puerto.

Para continuar se deja esta pista forestal de primer orden tras unos dos kilómetros en aras de una peor conservada, hacia la izquierda, que baja por la Solana de la Casa Haro o Jaro. Hay una balsa contraincendios y un pequeño helipuerto nada más empezar el descenso. El cortijo, que marca el kilómetro 9, es una referencia muy importante para el senderismo en esta parte del Parque Natural y conserva algunas terrazas de cultivos de secano con frutales dispersos.

El sendero que sale del poniente de la ruina conduce a un encinar con alcornoques y quejigos que refresca la imagen de los pinares pasados. Al final el camino vadea sin dificultad el Arroyo de los Álamos, un afluente del cercano Río Salares. La Umbría de la Casa de Haro, como se conoce, es un bosque muy bien conservado sobre los derrubios de ladera de las calizas del Cerro de Peñas Blancas. Ya en el fondo del valle, el camino mantiene la altura por entre los árboles frente al Cortijo Fofa y se encamina al pueblo utilizando el interesantísimo Puente Árabe (km 11). De excelente re­habilitación, fue muy importante antaño para el trasiego de trabajadores hacia el Barranco de la Mina y el transporte de la sal que le da nombre al pueblo.

De Salares a Sedella

Saliendo del norte de Salares, por El Encinar se asciende mediante una buena pista de tierra (que se dirige también a la Cruz del Muerto) hasta Benescalera donde, después de pasar por la Fuente de Ocaña y una enorme era, se toma hacia el Cerro Marchena por una subida empinada. Se abandona el carril en busca de una acequia de hormigón que se sigue hasta un bosquete de pinos resineros. Hasta el collado desde el que se da vista a la Hoya de Salamanca (km 14.3) se llega cruzando algunos regatos con junqueras con una pequeña alberca al lado.

Luego, se va por la loma en dirección oeste unos metros hasta empezar a bajar buscando el Cortijo de la Herriza, desde el que, entre pizarras y un ralo matorral de jara blanca y aulagas, se zigzaguea en bajada hasta la Puente, sobre el arroyo al que le da nombre y que está en el kilómetro 15.3. En esta zona se ve un helecho poco común sobre las rocas y muros de contención de la vereda, el Cosentinia vellea.

En la parte final se pueden localizar enfrente del carril que lleva a la zona este de Sedella bosques de pinos y, sobre todo, encinas, ocupando las laderas empinadas del Arroyo de la Puente y el Barranco Blanco respectivamente, mientras que el camino que trae el GR está totalmente despoblado de arboleda.

De Sedella a Canillas de Albaida

Sedella se pasa por la parte alta del pueblo desde el Ayuntamiento hacia unos bien cuidados huertos sobre el caserío, que tienen su razón de ser en una acequia que acompaña al sendero enseguida. Encima del cerrito del Hundidero, dominando el pueblo, se ven las ruinas de un castillete o torre de vigilancia de origen medieval.

La acequia lleva a un ingenio hidráulico restaurado, el Molino de Montosa, en un altozano desde el que se toma el agua para el pueblo y hay excelentes vistas a poniente y occidente del Cerro del Tablón, que tapa la vista de Sedella.

Una pista forestal lleva a pasar por una fuente en el cauce de un arro­yuelo con saos y emborrachacabras y hasta el Área Recreativa de Sedella, a poniente del pueblo, en una zona con altos pinos y a 18.4 km del inicio de la etapa. Tiene buenos servicios para el uso al que está destinada, una escultura de un buitre y a ella se llega desde la carretera mediante una pista asfaltada que es la que el GR toma en descenso. Hay una encina espectacular haciendo un arco al camino donde éste se acerca al fondo del valle.

Cuando se llevan caminados casi 20 kilómetros hay que hacer otros dos y medio de carretera hasta llegar al Puerto de Sedella dejando las desviaciones de Rubite y Los Valverdes. Cuando ya se tiene a la vista el caserío de Canillas de Aceituno, en el Puerto que deja a su izquierda el cerro con el curioso nombre de Rompealbardas, hay que realizar una fuerte bajada hasta el cauce del Almanchares, mientras la carretera describe una amplia curva para cruzarlo aguas arriba y reencontrarse con el GR casi en el pueblo. Es donde la carretera cruza el río donde se encuentra el Área Recreativa de La Rahige.

La Cuesta del Molinillo, muy empinada y con las sucesivas curvas, lleva al GR a un vado que en principio no reviste peligro, entre cultivos casi abandonados de viñedos y antiguos bancales de almendros. El molino al que parece hacer referencia el topónimo se ve al tomar la pista de tierra hacia arriba, al igual que los bancales donde antaño se criaban cítricos y ahora subtropicales. Estos árboles de nuevo cultivo están estrechamente relacionados con el cauce del Almanchares (km 22.6), que aquí cobija adelfas fundamentalmente para devenir en rambla abierta más abajo.

Ahora es un carril el que asciende dejando a la izquierda numerosos accesos a fincas y cultivos mientras enfrente hacia el sur, en la ladera del cerro coronado por una casa, se ve la Hoya del Alcornocal profusamente arbolada. El secano del final de la etapa tiene numerosos olivos y está plagado de casas de campo que culminan en la piscina municipal y la rotonda de entrada a Canillas de Aceituno con la escultura del labrador.