La idea en este jardín es reunir una muestra de plantas que han sido útiles a los habitantes de Frigiliana a lo largo de los últimos siglos, bien sea para la alimentación, como para usos curativos, cesteriá, fábricación de calzado, industria de la seda (que alcanzó su máximo desarrollo en época musulmana), fábricación de papel o perfumes, etc.
Esta es una pequeña muestra de lo que nos ofrece el jardín:
- Esparto: Tenía múltiples y ancestrales utilidades, como calzado, cerones para caballerías, moldes de queso.
- Caña de azucar: De la que se obtienen principalmente “la miel sin abejas” y el azúcar ,creando para su procesamiento ingenios hidráulicos ,caídas de agua que hoy día forman parte inseparable de nuestro paisaje rural y urbano.
- Palmitos (única palmera autoctona de la peninsula): Muy utilizada en cestería, ceretes (envasado idóneo para los higos secos, los cuales llegaron a exportarse en época musulmana hasta Egipto, donde fueron muy apreciados)
- Olivos: Su producción de aceitunas y aceite tuvo uso alimentario ,pero tambien llenó los pequeños vientres de los candiles usados durante siglos en la iluminación ;se usó su madera como leña, para fabricar muebles, etc.
- Plantas medicinales autóctonas: Tomillo, romero, orégano, ruda.
El jardín se adapta a la topografía tradicional del terreno, abancalada, integrándose así con el entorno sin grandes artificios.
Con el tiempo este espacio se irá enriquecendo con nuevas especies y las plantas actuales darán sombra, flores, frutos, para que así el pueblo de Frigiliana y sus visitantes sean testigos directos de todos los beneficios que estas plantas y árboles nos han dado a lo largo de la historia.
El jardín también incluye una pista de petanca, donde vecinos y turistas podrán practicar este deporte.
El diseño y plantación de este jardín corrió a cargo del paisajista Manuel Morcillo Luna.